Myeloma Patients Europe (MPE) ha recibido diversas consultas de miembros, pacientes con mieloma y pacientes con amiloidosis AL sobre el impacto que el COVID-19 (coronavirus) tendrá en su tratamiento.
Para responder a estas preguntas y comprender las repercusiones en los diferentes países europeos, MPE ha hablado con expertos y ha revisado las orientaciones de cada país sobre el tratamiento. A continuación, presentamos una serie de preguntas y respuestas sobre los tratamientos de los pacientes, y su afectación por el COVID-19.
Si tiene más preguntas o comentarios, por favor envíe un correo electrónico a *protected email*.
Nota: es muy importante que los pacientes hablen con su médico, enfermera o equipo de salud para discutir cuestiones específicas relativas a su tratamiento. Los pacientes deben seguir asistiendo a las citas del hospital y continuar su tratamiento con normalidad, a menos que su médico o enfermera les indiquen lo contrario.
TRATAMIENTO
¿Los tratamientos para el mieloma y la amiloidosis AL se verán afectados por el COVID-19?
Los pacientes con mieloma y amiloidosis AL deben estar preparados para cambios en su tratamiento durante la pandemia de COVID-19.
Estos pacientes corren un mayor riesgo de contraer COVID-19 porque el mieloma, la amiloidosis AL y sus respectivos tratamientos debilitan la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones. Es aconsejable que estos pacientes se queden en casa para reducir la probabilidad de contraer COVID-19.
Los médicos sopesarán los riesgos y los beneficios de que los pacientes acudan a las citas en el hospital para recibir su tratamiento. En colaboración con los pacientes, evaluarán si se pueden realizar cambios en sus tratamientos para reducir el número de visitas al hospital.
Los pacientes deben hablar con su médico, enfermera o equipo de salud, para saber si su tratamiento se verá afectado durante este periodo.
¿Cómo se verá afectado el tratamiento de pacientes con mieloma y amiloidosis AL?
Las sugerencias que reciben los pacientes sobre los cambios de tratamiento dependerán de sus circunstancias individuales. El asesoramiento también puede depender de las circunstancias de cada país concreto, como el número de casos de COVID-19, ocupación de las unidades de cuidados intensivos, disponibilidad de tratamientos alternativos y las recomendaciones generales de cada país. Algunos pacientes continuarán su tratamiento de con total normalidad. Sin embargo, a otros pacientes se les pueden recomendar cambios en su tratamiento como:
Reducir la frecuencia de administración, cuando sea posible (es decir, recibir su tratamiento con menos frecuencia).
Cambiar a un régimen de tratamiento por vía oral (por ejemplo, pastillas para tomar en casa).
Recibir inyecciones subcutáneas en casa, cuando el sistema de salud lo facilite.
Aplazar procedimientos como el trasplante autólogo de células madre a una fecha futura, cuando sea clínicamente apropiado hacerlo.
Modificar o aplazar la participación en un ensayo clínico.
Reducir la dosis de ciertos tratamientos (por ejemplo, reducir la dosis de esteroides para evitar un mayor debilitamiento del sistema inmunológico).
Detener el tratamiento por completo, cuando sea clínicamente apropiado hacerlo (por ejemplo, cuando un paciente esté en remisión).
Cualquier cambio en el tratamiento debe ser discutido entre el paciente, su médico y el equipo de salud. Las decisiones se basarán en la evidencia clínica y en el juicio clínico.
Los pacientes deben hablar directamente con su médico, enfermera o equipo de salud si tienen alguna pregunta o preocupación acerca de los cambios en su tratamiento durante este periodo.
¿Cómo se verá afectado el trasplante autólogo de células madre durante el brote de COVID-19?
Durante el brote de COVID-19, el trasplante autólogo de células madre (ASCT, por sus siglas en inglés) planificado para algunos pacientes puede posponerse a fechas más adecuadas.
La terapia de alta dosis (normalmente altas dosis de melfalán), y el procedimiento ASCT en sí mismo, debilitan el sistema inmunológico y pueden hacer a los pacientes de mieloma y amiloidosis AL más susceptibles y menos capaces de luchar contra infecciones como la COVID-19. Los pacientes que se someten al trasplante también necesitan asistir regularmente a citas en el hospital para recibir seguimiento, aumentando el riesgo de transmisión de COVID-19 a través de sus interacciones sociales.
La decisión sobre si se procederá a un ASCT durante este tiempo sólo puede tomarse entre el paciente y su médico. Es probable que esta decisión se base en factores específicos, entre ellos:
El riesgo de que el mieloma progrese si no reciben un ASCT.
La capacidad de un hospital para aislar eficazmente a los pacientes que se someten a una ASCT.
La capacidad de la unidad de cuidados intensivos dentro del hospital.
El impacto de la COVID-19 en la región y el país donde se encuentra el hospital.
Como todas las decisiones de tratamiento durante el brote de COVID-19, hay que buscar un equilibrio entre riesgos y beneficios de someter a un paciente a trasplante. En la mayoría de los países europeos, el ASCT sólo se recomienda cuando se considera la mejor opción para un paciente.
Si los pacientes tienen alguna pregunta o preocupación específica sobre su ASCT, deben hablar directamente con su médico, enfermera o equipo de salud.
Si el trasplante de células madre autólogas se retrasa, ¿qué tratamiento recibirán los pacientes en su lugar?
Si se pospone el trasplante en un paciente con mieloma o amiloidosis AL, el médico comentará con él o ella un enfoque de tratamiento alternativo. En la mayoría de los casos, el médico extenderá el número de ciclos de terapia de inducción que los pacientes reciben antes del ASCT.
La terapia de inducción consiste en una combinación de tratamientos, generalmente incluyendo una quimioterapia, un agente novedoso y un esteroide. Está diseñado para inducir el mieloma de un paciente a una remisión profunda antes de someterse a la ASCT.
En el trasplante normal, los pacientes se someten a un número definido de ciclos de terapia de inducción y luego pasan al ASCT. Sin embargo, debido a la situación provocada por el COVID-19, los médicos pueden decidir extender el número de ciclos. El objetivo aquí es mantener la respuesta del paciente a la terapia de inducción, permitiéndoles aplazar el ASCT a una fecha posterior. Alternativamente, en algunos hospitales, los médicos pueden mantener el número habitual de ciclos de inducción, pero bajando luego la dosis de mantenimiento, ya sea con la misma combinación de dos o tres medicamentos o con el mantenimiento con lenalidomida.
Con el tratamiento actual del mieloma, los pacientes pueden lograr resultados muy positivos y duraderos a la terapia de inducción, por lo que es posible retrasar el trasplante de forma segura. La evidencia científica también demuestra que los resultados de los pacientes no se ven afectados negativamente si se aplaza el trasplante.
¿Qué pasa si un paciente no logra una buena respuesta a su terapia de inducción?
Como en todos los demás tratamientos del mieloma, el hematólogo revisará continuamente la respuesta del paciente a la terapia de inducción y modificarán el enfoque del tratamiento si el paciente no responde bien. Esto puede incluir el cambio a un régimen de tratamiento alternativo o la adición de nuevos ciclos de tratamiento.
¿Cómo se verán afectados los tratamientos intravenosos y subcutáneos durante el brote de COVID-19?
Durante el actual brote de COVID-19, los médicos revisarán el tratamiento de los pacientes caso por caso. Esta revisión se hará en consulta con el paciente e incluirá una evaluación de si es necesario que siga asistiendo al hospital para recibir tratamiento subcutáneo (es decir, una inyección a través de la piel) o intravenoso (es decir, una infusión a través de la vena), cuando sea pertinente.
Si un paciente está recibiendo actualmente un tratamiento intravenoso o subcutáneo y le está funcionando bien, o es la única opción disponible, seguirá recibiéndolo y se le pedirá que acuda a las citas en el hospital con normalidad.
En algunas circunstancias, la modificación de la dosis o la administración de un tratamiento puede considerarse una medida apropiada. Esto se basará en pruebas clínicas y deberá explicarse al paciente.
Los ejemplos que MPE conoce en los hospitales europeos incluyen:
Reducir el tratamiento con carfilzomib a una vez por semana en lugar de dos veces por semana, según las pruebas de los ensayos clínicos.
Aplicar programas de administración domiciliaria de bortezomib (Velcade®), cuando sea seguro, factible y apropiado.
Reducir la frecuencia de las infusiones de daratumumab, dada la larga vida media del tratamiento.
Sustitución de los inhibidores de la proteasa subcutáneos y por vía intravenosa (como el bortezomib y el carfilzomib) por el inhibidor de la proteasa oral ixazomib (Ninlaro®).
Dependiendo de cómo responda el paciente, también podría ser apropiado detener el tratamiento, si ya se ha logrado una respuesta positiva duradera.
Es importante que cualquier cambio en el tratamiento se haga en consulta con los pacientes. Si los pacientes tienen alguna preocupación o inquietud, deben hablar directamente con su médico, enfermera o equipo de salud. Es importante que los pacientes continúen asistiendo a sus citas en el hospital y que tomen sus tratamientos de mieloma con normalidad, a menos que su médico, enfermero o equipo sanitario les indique lo contrario.
¿Qué pasa si un paciente está a punto de comenzar un nuevo tratamiento que implique la administración intravenosa o subcutánea?
Si un paciente está a punto de comenzar un nuevo tratamiento intravenoso o subcutáneo, es probable que un médico especializado en mieloma y/o amiloidosis AL evalúe si éste es el tratamiento adecuado para un paciente durante el brote de COVID-19.
Muchos pacientes continuarán con su tratamiento según lo planeado, si esta se considera la mejor opción.
Sin embargo, algunos pacientes pueden ser sometidos a un régimen de tratamiento oral alternativo, que pueden tomar en casa. Hay una serie de regímenes orales seguros, eficaces y de uso rutinario en el mieloma y la amiloidosis AL como la pomalidomida (Imnovid®), la lenalidomida (Revlimid®) y el ixazomib (Ninlaro®).
¿Qué sucede si en mi país no existen alternativas de tratamiento oral?
La disponibilidad de algunos medicamentos y la forma en que se utilicen dependerá de los sistemas nacionales de salud.
En algunos países, como España, el inhibidor de la proteasoma oral ixazomib, no está financiado actualmente por el sistema de salud para los pacientes. Estas restricciones pueden dificultar el acceso de los pacientes y sus médicos a ciertos regímenes de tratamiento oral durante este tiempo.
Muchos sistemas nacionales de atención de la salud, Seguridad Social y médicos están trabajando para hacer frente a los problemas de acceso a los medicamentos en estos tiempos excepcionales. Esté atento a las recomendaciones publicadas y hable con su médico si tiene alguna pregunta o preocupación concreta.
MPE está trabajando con empresas farmacéuticas, médicos y nuestros miembros en los distintos países para comprender mejor la situación en toda Europa y poder así identificar y discutir soluciones para hacer frente a estos desafíos.
¿Cómo se verá afectado mi tratamiento con esteroides durante este tiempo?
Los esteroides dexametasona y prednisolona tienen efectos inmunosupresores, reduciendo la capacidad del sistema inmunológico para combatir las infecciones. Para los pacientes con mieloma y amiloidosis AL, que ya son más susceptibles a las infecciones, esto podría reducir aún más su capacidad para combatir la COVID-19.
Muchos pacientes con mieloma y amiloidosis de la AL tomarán actualmente dexametasona o prednisolona como parte de su tratamiento, ya sea en combinación con otros medicamentos o como terapia de alta dosis. Los médicos revisarán la dosis de esteroides que un paciente está recibiendo como parte de su tratamiento y decidirán si es apropiado reducir la dosis o incluso suspender los esteroides por completo.
Modificar la dosis de esteroides es algo que se hace con frecuencia en la práctica clínica europea, dados los efectos que pueden tener en la calidad de vida de un paciente (por ejemplo, cambios de humor, insomnio, etc). La experiencia que los médicos tienen con este tratamiento les guiará en la toma de decisiones con los pacientes.
¿Cómo se verá afectado mi tratamiento con bifosfonatos durante el brote de COVID-19?
Muchos pacientes con mieloma reciben tratamiento con bifosfonatos (por ejemplo, medicamentos para fortalecer los huesos) para la enfermedad ósea. El bifosfonato intravenoso, el ácido zoledrónico, es un tratamiento estándar de bifosfonato en muchos países europeos, especialmente para los pacientes recién diagnosticados. Es posible que en algunos hospitales se utilice el bifosfonato intravenoso pamidronato.
A los pacientes que requieren tratamiento con bifosfonatos se les puede ofrecer el bifosfonato oral clodronato sódico, como alternativa a los bifosfonatos intravenosos durante este periodo. El médico también puede reducir la frecuencia de la dosis del bifosfonato intravenoso: el ácido zoledrónico, por ejemplo, puede administrarse una vez cada tres meses.
En los casos de pacientes que llevan mucho tiempo siendo tratados con ácido zoledrónico, el tratamiento con bifosfonatos puede interrumpirse durante el brote de COVID-19, ya que su enfermedad ósea está bajo control.
CITAS EN EL HOSPITAL
¿Cómo se verán afectadas las consultas externas del hospital durante el brote de COVID-19?
Muchos centros de tratamiento del mieloma y amiloidosis AL en Europa están examinando a sus pacientes caso por caso y evaluando si son necesarias las visitas hospitalarias ambulatorias planificadas (visitas de control, análisis de sangre, tratamiento, etc).
En la mayoría de los hospitales, un médico, una enfermera o un miembro del equipo de atención médica llamará a cada paciente para desarrollar un plan de tratamiento durante este período.
En el caso de los pacientes con mieloma latente de bajo riesgo y gammapatía monoclonal de importancia indeterminada (MGUS, por sus siglas en inglés), es probable que las próximas citas se reprogramen para una fecha posterior, cuando se hayan relajado las medidas de distanciamiento social. Esto también puede ocurrir cuando un paciente haya estado en remisión durante un largo período y no tenga actualmente ningún síntoma.
Algunas citas en el hospital pueden ser inevitables, pero los equipos sanitarios están trabajando duro para reducir la necesidad de acudir al hospital siempre que sea posible. Muchos hospitales están avanzando hacia la telemedicina, de forma que las citas y la discusión de los resultados de los análisis de sangre pueden realizarse por teléfono o por videoconferencia. Los medicamentos recetados para el mieloma y la amiloidosis AL también pueden entregarse por correo para evitar que los pacientes tengan que acudir a las farmacias de los hospitales. En algunos casos se permitirá a los cuidadores o familiares recoger los medicamentos en las farmacias de los hospitales, para evitar que los pacientes tengan que acudir al hospital.
Los pacientes deben hablar con sus equipos de salud para averiguar exactamente cómo se verán afectadas sus citas en el hospital.
ENSAYOS CLÍNICOS
¿Cómo se verán afectados los ensayos clínicos durante este periodo?
Los ensayos clínicos requieren que los pacientes asistan a citas frecuentes en el hospital para recibir tratamiento, atención y seguimiento. Algunos ensayos clínicos también pueden incluir procedimientos bastante intensivos, como el tratamiento con células CAR-T, que requieren el apoyo de las unidades de cuidados intensivos debido a los efectos secundarios neurotóxicos (por ejemplo, el síndrome de liberación de citoquinas). Por estas razones, la participación y el reclutamiento de pacientes para ensayos clínicos, puede verse afectado en los próximos meses.
MPE está trabajando para entender cómo se están viendo afectados los ensayos clínicos para el mieloma y la amiloidosis AL durante el brote de COVID-19. Aunque puede variar de un hospital a otro, actualmente la situación es la siguiente:
En muchos hospitales han decidido dejar de reclutar nuevos pacientes para ensayos clínicos de mieloma y amiloidosis AL. La continuación de la participación en ensayos clínicos en curso está siendo revisada por los médicos caso por caso y discutida con los pacientes.
Algunos ensayos clínicos se están posponiendo y ya no se reclutan pacientes para participar durante este periodo. Muchos ensayos en CAR-T y los ensayos clínicos de la fase I (por ejemplo, cuando el tratamiento es experimental y requiere una amplia supervisión) se han suspendido en algunos hospitales.
Los protocolos de algunos ensayos clínicos están siendo revisados para adaptar el número de citas de los pacientes en el hospital. Esto es particularmente posible cuando un ensayo implica un tratamiento de uso frecuente para el mieloma o la amiloidosis AL, ya que los médicos no tienen que controlar la seguridad de la misma manera que los tratamientos más experimentales.
Los médicos y coordinadores de los ensayos están manteniendo conversaciones sobre la mejor manera de gestionar los controles y citas relacionados con los ensayos clínicos a distancia (por ejemplo, por teléfono).
Si un paciente ya está inscrito en un ensayo clínico y su tratamiento se ve afectado, su médico le informará y le propondrá un tratamiento apropiado, tras evaluar opciones de tratamiento alternativas que permitan reducir las visitas al hospital o recibir el tratamiento en casa.
Cuando un ensayo clínico es la única opción disponible para un paciente, los médicos e investigadores trabajarán para asegurar que los pacientes continúen recibiendo tratamiento y participando en el ensayo clínico. MPE es consciente de los programas de uso compasivo de nuevos medicamentos contra el mieloma que se están utilizando en algunos países para ayudar a los pacientes a acceder a los tratamientos fuera del marco de un ensayo clínico.
AGRADECIMIENTO
Los pacientes de mieloma en Europa quieren reconocer a los médicos que han aportado información sobre la situación de COVID-19 y su impacto en el tratamiento del mieloma y la amiloidosis AL.
Gracias por su valiosa aportación a:
Prof. Dr. Heinz Ludwig, Profesor de Medicina Interna y Hemato-Oncología y presidente del Instituto de Investigación del Cáncer Wilhelminen en el Departamento de Medicina I, Centro de Oncología y Hematología, Wilhelminenspital, Viena, Austria.
Dra. Anna Sureda, Jefe de Hematología del Instituto Catalán de Oncología, Barcelona, España
Prof. Dr. Mohamad Mohty, Profesor de Hematología y jefe del Departamento de Hematología y Terapia Celular del Hospital Saint-Antoine de la Universidad Pierre & Marie Curie, París, Francia.
Dr. Michel Delforge, profesor de medicina en el Departamento de Hematología de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.
Dra. Charlotte Pawlyn, Instituto de Investigación del Cáncer, Londres, Reino Unido.
Prof. Dr. Hermann Einsele, Profesor de Medicina Interna y ex Director del Departamento de Medicina Interna II del Hospital Universitario de Würzburg, Alemania.